Cómo cuidar a un cuidador o cuidadora profesional
Cada vez son más las familias que toman la decisión de contar con un apoyo externo para el cuidado de su familiar dependiente y poder conciliar así su vida personal, laboral y familiar. Los cuidadores son profesionales que dedican su vida al cuidado de nuestros mayores para poder ofrecerles las mejores condiciones de vida en su casa. Para ello, es de vital importancia encontrar a la persona idónea que se adapte al mayor y a sus necesidades, tanto en términos personales como profesionales. También es importante que para establecer una buena relación con la persona mayor, lo ideal es encontrar a una persona que encaje con su carácter y que tenga capacidad de adaptación.
A la hora de elegir al profesional, es determinante conocer las rutinas del adulto mayor, sus manías, limitaciones, el entorno familiar y social cercano, los gustos/preferencias en alimentación y ocio… En definitiva, tener una visión global de su estado actual y de los objetivos que queremos alcanzar para mejorar su calidad de vida a través del apoyo del cuidador o de la cuidadora.
El cuidado de personas mayores requiere de voluntad, profesionalidad y mucha paciencia. Encontrar a la persona adecuada suele ser algo complicado, por ello, una vez la tenemos es normal que deseemos que esté con nosotros el mayor tiempo posible. Para lograrlo, tendremos que aportar y ofrecer una serie de condiciones óptimas para que el cuidador se sienta cómodo y comprometido con el servicio, ahora bien, ¿Cómo podemos crear un ambiente cómodo para que el cuidador o cuidadora se sienta a gusto en casa?
Consejos para cuidar a un cuidador o cuidadora profesional:
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Respeta la jornada del trabajador o trabajadora y el tiempo de descanso
En servicios de ayuda a domicilio, especialmente cuando se requiere a una persona interna, hay que saber que el cuidador o cuidadora es un apoyo para supervisar a la persona mayor durante el día. También necesita poder tener su espacio personal para poder cubrir sus necesidades. Te recomendamos hacer una planificación semanal de tareas tanto asistenciales como del hogar para no exceder de tiempo en labores domésticas asignadas diariamente, evitando así una posible sobrecarga del cuidador o cuidadora poniendo en riesgo su continuidad.
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Conciliación del sueño
Es importante mantener una buena calidad del sueño para poder estar preparado para atender todas las necesidades de la persona al día siguiente. Dormir de manera interrumpida, pocas horas y en un entorno no habilitado para ello (butacas de hospital, sofás, etc.) puede dar lugar a un mayor desgaste del cuidador o cuidadora. La falta de sueño puede provocar irritación, cansancio, estrés, falta de concentración etc. Es decir, puede crear situaciones incompatibles con el cuidado al mayor. Te recomendamos:
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- Acompañamientos en hospital, no superiores a 12 horas. Realizar turnos con otro cuidador o cuidadora o incluso con algún familiar.
- Por otro lado, los cuidadores que atienden a personas mayores que necesitan atención continuada nocturna (unas 3 veces mínimo), deberán disponer de más tiempo de descanso diurno para recuperar parte del sueño o de la energía perdida durante la noche.
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Comunicación efectiva con los familiares
En cualquier servicio de cuidado que se realice con personal externo, es imprescindible que este disponga de una buena vía buena comunicación con los familiares para poder tener un seguimiento de la persona y trasladar información relevante sobre la salud o la progresión del mayor. Las personas mayores necesitan sentirse conectados con su entorno cercano, y los cuidadores sienten un gran apoyo al poder contar con la familia frente a cualquier situación de urgencia.
Es muy recomendable hacer visitas regulares, llamar por teléfono para preguntar por la persona mayor, atender las orientaciones de los cuidadores, ser empático y dar feedback a las posibles necesidades que el cuidador o cuidadora pueda tener. La confianza mutua y la predisposición por colaborar por parte de los familiares son herramientas muy útiles para garantizar la estabilidad y el buen cuidado.
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Anotaciones de salud y seguimiento diario
Como bien sabemos, muchas veces, la cobertura del servicio hace que tengamos que disponer de dos personas para respetar el tiempo de descanso semanal del cuidador o cuidadora principal. Recordar de memoria los hábitos de alimentación, pautas de medicación, controles de salud diarios (tensión, azúcar, temperatura, …) estado de ánimo de la persona mayor... es una tarea que muchas veces puede dar lugar a duda o a información poco precisa.
Para poder registrar esta información y crear una mayor accesibilidad, es recomendable realizar un seguimiento diario. El responsable a cargo del mayor realizará el control de salud rutinario de la persona y lo anotará en un cuaderno situado en un lugar de la casa determinado para que cualquier familiar pueda revisar estas anotaciones cuando lo precise.